Emboscamiento

Texto y fotografía: César Cobo

El bosque es, para Antonio Pau (Manual de escapología: Teoría y práctica de la huida del mundo), el paradigma del lugar en que uno puede ocultarse. Y añade, hay también un bosque interior que puede servir como refugio. Emboscarse es, en definitiva, interiorizarse.

Encontrarse a uno mismo en el bosque va más allá de la mera exploración física. La huída al bosque es un ritual sagrado, un sumergirse en un silencio sereno. En este espacio sagrado, donde el tiempo se desdibuja, el bosque se convierte en un laberinto que te conduce directamente al cubiculum cordis, la cámara secreta del corazón.

«Donde uno llega, allí es interesante», dijo Goethe sobre la vida.

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